El canterano del Econy Gran Canaria analiza y hace balance del oro conquistado con la Selección Española Sub22 en el Europeo de la categoría destacando la felicidad que sintió el día de la final. Además, señala al conjunto amarillo como parte fundamental de su éxito representando al combinado nacional
No todos los días se puede ganar una medalla de oro. Sin embargo, este verano se ha teñido de color dorado para un Raúl Vega que, después de una buena temporada con el Econy Gran Canaria, tocó el cielo en Italia al conquistar el Eurobasket Sub22 con la Selección Española. El canterano amarillo vivió una experiencia inolvidable que llevará guardada para siempre.
Sensaciones tras la conquista de Europa
“Siempre es un orgullo representar a tu país en el deporte que practicas y te gusta. En la Selección hay un ambiente de familia y cuando estamos juntos nos damos un refuerzo emocional importante. Hemos demostrado que se puede llevar a cancha ese buen ambiente tanto a nivel deportivo como de habilidades. Tuve la suerte de poder disfrutar de minutos en los partidos que disputamos y al final es una experiencia que no suele ocurrir mucho; la última medalla de oro que consiguió España en categoría Sub22 fue hace 13 años. En parte, hemos conseguido algo histórico. Ha sido un honor poder lograrlo”.
Campeones sin ser los principales favoritos
“De primeras nunca fuimos al torneo como los grandes favoritos. Nuestra generación ha ido ganando experiencia y sabíamos que en algún momento íbamos a tener ese poso necesario. Nuestro objetivo era clasificarnos para el Mundial y al final nos hemos acabado llevando también la medalla de oro”.
Esfuerzo grupal para un día de mucha felicidad
“En mi caso puedo decir que fue uno de los días más felices de mi vida. No todos los días puedes levantarte y decir que eres campeón de Europa. Yo pude vivirlo de manera más cercana, siendo titular y jugando la mayoría de los minutos. No obstante, esta medalla es un esfuerzo de todos, de los 12 jugadores, de los técnicos y de los que se quedaron fuera de la última lista. Podría decir que para todos fue uno de los mejores días de nuestras vidas”.
La semifinal contra Turquía, su mejor recuerdo a nivel individual
“Resaltaría a nivel de equipo y de familia el estar con tus compañeros. Nos llevamos todos muy bien y el ambiente es espectacular. Compartir momentos con ellos siempre es muy feliz y divertido. A nivel individual destacaría la semifinal contra Turquía. Ese día hice 15 puntos con un triple sobre la bocina del primer cuarto que nos ayudó a marcharnos al segundo periodo uno arriba”.
Una experiencia increíble para el futuro
“Todo ha sido muy rápido y, seguramente, no lo hemos valorado como se debe. Tuvimos que jugar un partido por día y esa circunstancia hace que tengas la sensación de que todo va muy deprisa. Pese a ello, este tipo de logros quedan en tu palmarés y tienen algún efecto a nivel personal en el futuro. Aun así, estoy aprendiendo todavía y tengo que seguir mejorando”.
El Econy, parte fundamental de su crecimiento
“El Econy me ha dado alas. Desde que tenía 11 años estoy en el club, empezando por jugar en la escuela. Fui creciendo poco a poco y a los 16 años comencé a estar en la terna de la selección gracias a que fui mejorando con la ayuda del club. Ya a los 18 años pude participar en primer Eurobasket y en 2017 tuve la suerte de entrar en dinámica con el primer equipo. Obviamente, hay que reseñar que estar en un club como el Econy me ha hecho progresar”.
“Mi mentor fue Fran Monroy junto con Ismael Naïm. A nivel actual, Jonay Caraballo me está dando cada vez más responsabilidad y, poco a poco, me está aportando cosas como la mentalidad, la personalidad y el carácter a la hora de afrontar partidos de más alto nivel. Además, todos los jugadores que han pasado por el club me han ayudado. Simplemente con su nivel en los entrenamientos te obliga a dar lo mejor de ti mismo aunque no sea algo que notes a corto plazo, sino más bien a largo. Tengo que agradecérselo a todos”.
